Título original: Hachiko

Año: 2023

Duración: 120 min.

País: China

Dirección: Xu Ang

Guion: Liangwen Li, Lin Li, Xu Ang, Hansi ZhangReseña de la películl

Reparto: Joan Chen, Bo Qian, Feng Xiaogang

Fotografía: He Shan

Compañías: iQIYI Pictures

Género: Drama | Cine familiar. Perros/Lobos. Basado en hechos reales

Sinopsis

Hachiko (Batong) es un perro pastor chino. Conoció a su dueño Chen Jingxiu entre la gran multitud y se convirtió en miembro de la familia Chen. Con el paso del tiempo, el viejo hogar ha desaparecido, pero Batong espera y espera, sabiendo que su destino está estrechamente ligado a su familia.

Opinión

Un siglo después del nacimiento del famoso perro Hachikō, su historia vuelve a cobrar vida en una nueva versión cinematográfica, esta vez ambientada en China. Esta adaptación incorpora elementos sociales y culturales propios del país, con la posible intención de los productores de cambiar la percepción sobre los perros en China.

«Hachikō, una historia verdadera» (2023) se estrenará el jueves 23 de mayo en más de 500 cines de México, donde se espera que conmueva nuevamente al público. Antes de su lanzamiento, el sábado 18 de mayo, Tulip Pictures organizó una premiere especial para perros y sus dueños en el Autocinema Coyote Insurgentes (Insurgentes Sur 1729, Guadalupe Inn).

La película fue rodada en Chongqing, una ciudad del centro de China, y dirigida por Xu Ang (1978). Está basada en el guion de Kaneto Shindō para la película original «Hachikō Monogatari» (La historia de Hachikō), dirigida por Seijiro Koyama en 1987. La historia se inspira en un perro akita inu que esperó durante nueve años en la estación de trenes de Shibuya a su dueño, el profesor Hidesaburō Ueno, quien falleció el 21 de mayo de 1925.

Hachikō nació el 10 de noviembre de 1923 y fue encontrado a principios de 1924 por Hidesaburō Ueno, con quien formó un vínculo estrecho hasta la muerte del profesor debido a un derrame cerebral en la Universidad de Tokio, a donde viajaba diariamente en tren para impartir clases. Hachikō vivió hasta el 8 de marzo de 1935, y cada día esperó el regreso de su amigo en la estación de Shibuya. En abril de 1934, se le erigió una estatua de bronce en vida como homenaje a su lealtad.